¿Por qué hay tanto CO2 en la atmósfera?
La liberación de CO2 sucede a cada instante en la naturaleza y está asociada a los procesos de obtención de energía que son esenciales para los animales, los cuales descomponen nutrientes ricos en carbono e hidrógeno con la ayuda del oxígeno, liberando CO2 como residuo. Sin embargo, hay que añadir que este gas también puede ser liberado a la atmósfera por otros factores naturales más poderosos, como los volcanes.
Contrariamente, las plantas utilizan el CO2 para formar este tipo de sustancias, liberando oxígeno molecular y compensando la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera. Se puede decir que muchos seres vivos tienen su pequeña Huella de Carbono, la cual está equilibrada por la misma naturaleza.
Siguiendo los mismos principios, el ser humano también ha desarrollado tecnologías para obtener energía de forma artificial, la cual utiliza para elaborar productos que suplen muchas de sus necesidades. Muchas de las tecnologías energéticas utilizan combustibles de origen orgánico con una alta concentración de carbono, y también liberan CO2, pero en cantidades que hoy en día suman una cantidad mucho mayor a la de cualquier volcán. El problema es que la masa vegetal capaz de compensar estas cantidades también ha disminuido, por lo cual este gas se ha acumulado en la atmósfera a niveles que pueden afectar el clima directamente.
El Efecto Invernadero
El CO2, en combinación con otros gases liberados a la atmósfera mediante procesos artificiales, tiene la capacidad de retener mucho calor, evitando que la radiación solar absorbida durante el día por el suelo se disipe al espacio. Esto tiene como consecuencia un aumento en la temperatura media del planeta, conocida como calentamiento global, y un consecuente cambio climático, debido a que la misma es incapaz de reintegrar completamente estos gases a su ciclo. Por tal motivo, estos gases son conocidos como gases de efecto invernadero o GEI.
Este fenómeno ya se ha producido en el pasado geológico, pero siempre por factores naturales como un aumento de la actividad volcánica. Sin embargo, en el caso actual, el ser humano es su principal responsable, y como este ya se ha establecido en todos los lugares de la Tierra, el cambio climático es capaz de afectar sus actividades en cualquier lugar de la misma.
Sus primeras manifestaciones como inundaciones, tormentas, sequías, temperaturas máximas dañinas para los cultivos y una larga lista de consecuencias hicieron que muchos científicos analizaran este fenómeno en busca de soluciones.
La Huella de Carbono
La Huella de Carbono es una tipo de medición creado ante esta problemática. Consiste en la estimación de la cantidad de gases de efecto invernadero que son liberados por una actividad, proceso o producto en relación a cuántos de estos gases pueden ser compensados por la naturaleza o la intervención humana. Permite determinar el posible impacto en el calentamiento global que se genera al colocar un producto en el mercado, desde la obtención de la materia prima hasta su proceso de producción, sumando todas aquellas actividades ejecutivas de la organización.
El fin último de esta estimación es disminuir esta huella hasta conseguir un certificado de Carbono Neutralidad.
Existen muchas formas de conseguir este objetivo, las cuales expondremos en otros artículos, con el fin de que una empresa se adapte a las nuevas legislaciones ambientales, disminuya el desperdicio energético y a la vez presente una imagen sostenible ante sus consumidores, pero todas ellas requieren de una correcta asesoría con consultores ambientales experimentados capaces de ponderar las acciones que necesita una organización en base a su tamaño y tipo de actividades.
Y por eso en OSD Consultoría Ingtegral le ofrecemos nuestra amplia experiencia en la medición de Huella de Carbono y C-Neutralidad en Centroamérica y el Caribe, la cual habla por sí misma. Contáctenos y adelántese a este nuevo estándar de sostenibilidad.
Acerca de este artículo: Disminuyendo nuestra Huella de Carbono